Que nos deparará el mañana, en el que mi hermano, mi primo y yo nos disponemos a embarcar en una nueva aventura, que como punto de partida tiene a Ámsterdam y que cuyo fin no me atrevo a pronosticar.
En apenas unas horas porque en esta noche, en la que morfeo aun no ha hecho acto de presencia, pocas horas le quedan y solo se me ocurre rellenar estas líneas que hagan más amena la espera.
De Holanda, mejor dicho de Ámsterdam, conocemos poco a parte de los tópicos: del “tabaco”, de que posee un barrio más “peculiar” que en el que cada uno se halla criado, los tulipanes y las bicicletas. Creo que esta ciudad tiene algo de mágico y me gustaría que en esos 4 días lo pueda descubrir.
No sé cual será el tiempo con el que nos dará la bienvenida Ámsterdam, pero si Madrid nos despide con lluvias y frio, es más que posible que Ámsterdam nos acoja igual, ya se sabe nos hará sentir como en casa.
A la espera de volvernos a encontrar, más viejos los dos pero yo con algo más, con la experiencia de haber estado en Holanda y tú con la capacidad de hacerme escuchar, las historias que más tarde no duraré en contar.
