jueves, 14 de octubre de 2010

A mi dulce Sirena


Eres la mujer que me fascina,
la que me das la vida,
la que con tu dulce sonrisa,
me iluminas cada día,
la que estas a mi lado,
cuando muchos otros,
ya han dejado de estarlo.

Aquella que más he amado,
por lo feliz que me haces sentir,
por estar junto a tí,
desde que tu suave mano,
se encontró con la mía un verano,
que un año no borrado.

Y que de mi mente sigue preso,
ese primer beso,
que antaño me hubiste dado,
y con celo yo guardo,
en lo mas profundo,
que posee el ser humano,
que no es sino este corazón,
que por ti siempre será,
profundamente enamorado.

domingo, 18 de julio de 2010

Isla lejana


Caminando sobre arena mojada,
de una isla olvidada,
en mitad de la nada,
del que las pisadas son borradas,
por las olas de una marejada,
que de líneas dibujadas,
ha llenado un mar en calma.

Donde los días se suceden,
para dar paso a noches estrelladas,
aquellas que de esperanza,
nos llenan el alma,
y de desventurados recuerdos,
nublan por momentos,
todo atisbo de pensamiento,
que rompen el silencio,
como lo es el viento,
traído desde mar adentro.

Cruel destino es llevado,
para tal marinero,
convertido en naufrago,
de sus pensamientos,
que quizás con el tiempo,
le sean absueltos los remordimientos,
que le queman por dentro,
y de nuevo le sean devueltos,
todos sus sentimientos,
o en el intento se halle muerto.

lunes, 3 de mayo de 2010

Mar en calma


Las olas rompen el silencio,
de otra mañana de invierno,
cuando del cielo se muestran,
decenas de gaviotas,
que con suaves aleteos,
se mezclan en la espesa niebla,
que ha traído un enfurecido viento.

Roto un mar en calma,
se descubren quien lo desata,
que no es sino el rey de los siete mares,
porque descubre con asombro,
que en su palacio ha habido un robo,
de algo más valioso que el oro,
que como mayor presente,
tiene el recorrer por él,
su misma sangre.

Fruto de la pasión,
se creó en un tiempo atrás,
el alma de una sirena,
que era distinta a ninguna hecha,
porque era a la vez princesa,
princesa de mi cabeza,
que el destino supo ponerme cerca,
para hacerla presa,
de una vida entera.

Sin miedo a lo que venga,
pues jamás habrá tormenta,
que pueda hacer que la pierda,
sólo siendo la misma muerte,
que de fin a mi existencia,
habiendo merecido la pena,
cada uno de los días
que pasaré junto a ella.

martes, 26 de enero de 2010

Vida empeñada


Cuando me halla ido,
seré apenas parte de otro suspiro,
que en la niebla ha desvanecido,
todo atisbo de mi existencia.

Seré el alma que vaga en la distancia,
y que se oculta para ser desterrada,
del cielo al que perdió la entrada.
cuando de tan lejos mi alma se encuentre,
será mi sombra parte de la noche.

Seré parte del recuerdo,
que con el tiempo se desvanece,
será entonces cuando del lamento,
se acabe todo el sufrimiento,
Pues yaceré muerto.

Para volver de nuevo al infierno,
que es donde se encuentra,
mi corazón preso desde nacimiento,
y cuando tenga un momento,
aún poniendo entera mi vida en ello,
salvaré del fuego que lo quema por dentro,
para de nuevo dejarlo libre,
a quién lo reclame en el cielo.

Y habrá valido la pena,
empeñar toda una vida
en el intento por ver de nuevo,
la sonrisa que me ilumina cada día,
desde que tu mirada se encontró con la mía,
desde que eres parte de mi vida.

Porque a veces cuesta de nuevo ponerse a escribir, en un sitio que pocos habrán visto jamás, del que en él los sentimientos intento plasmar, del que me gustaría alguna vez oír hablar a alguien más. Aunque el tiempo halla pasado siempre hay tiempo para regresar. A quién le pueda gustar.