jueves, 8 de enero de 2009

Laberinto de pasiones


Partiendo hacia mundos lejanos,
que para nada se hallan cercanos,
del que soltados de la mano,
perdidos ahora nos encontramos
y que distanciados, ya tanto,
solo nos queda desfigurado,
el rostro de lo que vivimos antaño
y que nos pudo dejar marcados,
como un par de enamorados
pero que ahora queda olvidado,
perdido en un laberinto de pasiones,
del que el juicio no tiene apariciones,
pues solo se dan cabida las sensaciones,
que nos traigan nuevas emociones.

Laberinto cuyo inicio puede ser reconocido,
pero del que posee difícil recorrido
y que para encontrar un final merecido,
a cada uno se nos muestra un camino,
dejando para nuestra elección,
aquel que consideremos el acertado,
para poder llegar a los más soñado,
que como siempre es sentirse amado,
momento en el que el tiempo es parado,
por acción de nuestra propia mano,
con el fin de poder dibujar ese momento,
que es nuestro propio sentimiento,
en algún lugar libre del firmamento,
en el quede eternamente grabado,
y que la luna, por siempre, deje iluminado,
con la esperanza de permanecer recordado,
el instante en el que ambos nos amamos.