viernes, 26 de diciembre de 2014

Un motivo



Intento mirar en lo más hondo de mí para buscar un motivo, para darle el sentido a lo sucedido, dar con las respuestas a preguntas que no comprendo, que no concibo.
Quiero saber por qué todo es así, ya que no comprendo las jugadas que marca el destino, no quiero aceptarlo, no quiero sufrir más varapalos, no quiero levantarme y ver mi corazón de nuevo magullado, ni sentirme un ser mutilado de todo aquello que he amado, sé que soy un alma fuerte y dura, lo sé porque los años me han llevado hasta donde estoy con un sonrisa perfilada por lágrimas y ternura, con una capacidad para decir yo puedo, yo quiero, aunque oscuros sean los días y el peso que lleve en mi cuerpo sean todas las adversidades que llevo en él, muy dentro.

Es en otra nueva caída en la que podría quedarse mi alma por siempre tendida, es una nueva de tantas que han dejado mi vida sacudida, cuando abra los ojos y no distinga una nueva mañana, no haya días, solo la niebla que impide ver que tengo por delante, que no me muestre el futuro. Me inclino desvalida, apoyo mis rodillas en la tierra áspera y fría, cierro mis puños con dureza y golpeo con todas mis fuerzas ese suelo que me tiene presa de malos recuerdos y de experiencias, al momento descubro un charco, está hecho de lágrimas que han salido de la rabia y que figuran en mi cara, quiero llorar, quiero gritar, quiero que no vuelva a pasar, es la angustia el dolor que tanto me mata, es la injusticia de ser siempre la pasajera a ese lugar de dolor del cual no compré billete. Me recuesto vencida por la fatiga, a pies de la única figura que la oscuridad me dibuja, alta impasible y de forma majestuosa abre sus brazos y me agarra, me aprieta contra sus entrañas, noto que me siento reconfortada ya no hay tristeza en mí y puedo quedarme dormida, sin frío en el cuerpo totalmente limpia de malos pensamientos, cierro los ojos allí entre sus brazos sintiendo como su pelo me acaricia la cara y el cuello, entonces suelto mí último aliento, sueño que no ha sucedido nada, que nada ha sido cierto, que todo esto ha sido fruto de un mal momento, veo a mis seres queridos como sonríen al verme por allí de nuevo, río con ellos, bailo y juego como lo hacía en un tiempo, están todos ellos, no falta nadie siento su amor para mí no hay nada más grande, no hay nada más bello. De repente oigo sus voces y me dicen, aún no es tu momento, estarás con nosotros siempre porque estamos unidos a tu corazón, y cada latido que en él se produce somos nosotros los que lo impulsamos, ten la esperanza de que todo en algún momento será cierto, y que felicidad y dolor se encuentran a escasos centímetros el uno del otro, a cada paso de dolor dado, es uno mayor de felicidad que te espera guardado, ten la esperanza, la misma que nosotros en ti hemos depositado. Con sus últimas palabras una luz baña todos sus rostros mostrando sus sonrisas, los difumina y convierte en luz, vuelve a mis pulmones aire fresco, abro los ojos y veo delante de mí las hojas que se han desprendido de las ramas que aquella figura, que en la noche a mí me cobijaba. Pude ahora ver todo su esplendor, la de aquella figura de alta mirada, larga melena y firme presencia, sauce llorón lo llaman, para mi guardián de la noche, rey de la mañana, que en mitad de la nada estaba ahí, tenía ancladas las raíces a una tierra que él llamaba casa, queriéndome decir, en mitad de la noche yo soy como tú, sólo sin más luz que seguir que la de mi alma, me hallo aquí recto e impasible, sin vacilar ya que aún no es mi momento, me quedan grandes cosas por completar, porque a mi jamás nadie me podrá robar, ¿sabes el qué? La esperanza… todo viene y va, y los recuerdos son los que los hacen perdurar, pero aún tengo esperanza de conseguir todo lo que es mío, lo sé porque está escrito en mí, muchos nombres tiene aunque para mí solo uno, el de mi destino.

Dedicado a la persona que más admiro por su continua lucha, para ella seré un "Neruda" para mi ella mi musa.