martes, 26 de enero de 2010

Vida empeñada


Cuando me halla ido,
seré apenas parte de otro suspiro,
que en la niebla ha desvanecido,
todo atisbo de mi existencia.

Seré el alma que vaga en la distancia,
y que se oculta para ser desterrada,
del cielo al que perdió la entrada.
cuando de tan lejos mi alma se encuentre,
será mi sombra parte de la noche.

Seré parte del recuerdo,
que con el tiempo se desvanece,
será entonces cuando del lamento,
se acabe todo el sufrimiento,
Pues yaceré muerto.

Para volver de nuevo al infierno,
que es donde se encuentra,
mi corazón preso desde nacimiento,
y cuando tenga un momento,
aún poniendo entera mi vida en ello,
salvaré del fuego que lo quema por dentro,
para de nuevo dejarlo libre,
a quién lo reclame en el cielo.

Y habrá valido la pena,
empeñar toda una vida
en el intento por ver de nuevo,
la sonrisa que me ilumina cada día,
desde que tu mirada se encontró con la mía,
desde que eres parte de mi vida.

Porque a veces cuesta de nuevo ponerse a escribir, en un sitio que pocos habrán visto jamás, del que en él los sentimientos intento plasmar, del que me gustaría alguna vez oír hablar a alguien más. Aunque el tiempo halla pasado siempre hay tiempo para regresar. A quién le pueda gustar.