lunes, 16 de marzo de 2009

Rosa del olvido


Parte del cielo y parte de la nada,
parte del olvido de quien se ama,
alejado de todo y apartado del alma,
sin ganas de empezar, más ya nada.
Asustado de sentirse frágil,
en medio de un mar en calma,
del que las olas ya ni rompen,
el silencio de la mañana.

En el que las nubes se dibujan,
de un color cercano al azabache,
tomadas como parte figurante,
de la más profunda tormenta,
que desde muy lejos ya amenaza,
con romper la larga monotonía,
que es levantarse cada día,
en la más triste apatía,
de ya ni sentir la vida,
como una pizca de alegría.

Viendo como con el tiempo,
van borrando de su pensamiento,
todos aquellos que conocieron,
parte de ti, en algún momento.
Siendo ya sólo mencionado,
en ellos como parte de su pasado,
para acabar dejándote allí olvidado.

Cómo la rosa cuyos pétalos,
el viento cruelmente deshoja,
y que al no formar parte en ella,
ya nadie más la adora,
dejándola allí a solas,
a la espera del frío invierno,
que en ella apague su último aliento.