viernes, 20 de febrero de 2009

Un día de hace 12 años


El reencuentro con uno mismo a veces se puede dar de muy distinta forma, pero lo que queda es la esencia de descubrir que siempre formarán parte de ti ciertas cosas que muchos no lograrán a entender,  pero que sin duda forman parte de la delgada línea que sujeta  nuestro pequeño mundo con el de la realidad, ese pequeño mundo que al fin y al cabo es el que nos ha tocado vivir a veces sin poder elegir.
El concierto de Oasis del 13 de febrero formará parte de aquellas cosas que con el tiempo permanecerán en un rincón de mi memoria, guardados bajo la llave de los recuerdos, aquella noche que volví a sentir como unas cuantas notas hacían que retrocediese 12 años a la primera vez que pude oír mi primer Wonderwall y que jamás podré olvidar.
Muchos dicen que han vuelto pero para mí no es cierto porque para hacerlo tuvieron que haberse marchado. Son y serán unas de esas cosas que de cerca que uno tiene de sí mismo le pertenecen como lo hacen los latidos al corazón, puesto que al dejar de hacerlo ambos ya no forman parte del mismo ser, cosa que para mi Oasis jamás lo dejará de ser.