lunes, 29 de junio de 2009

Nunca me marché



Hace ya tiempo que no dejo por aquí mis pensamientos, mis sentimientos, quizás me han arrebatado las ganas, quizás intentan de mi hacer otro ángel caído, pero para aquellos que de trabas solo llenan la vida, para aquellos que disfrutan de la desgracia ajena, para aquellos que el sufrimiento alimentan sus oscuras almas, no me rindo, no bajaré jamás los brazos, no regreso de ningún infierno pues jamás he abandonado este lugar, que con tanto sacrificio me ha costado hallar.
Que de rabia lleno las palabras con las que renazco de nuevo aquí, en el lugar, en el que nadie me podrá arrebatar ni en un día, ni mil más, pues este mundo me pertenece tanto como yo lo hago a él.
Dejando la puerta de mi alma por siempre abierta, de la que nadie jamás conseguirá cerrar puesto que esa llave yacerá por siempre en lo más hondo del mar, al amparo de la fría oscuridad que en la profundidad, por mí se puede encontrar.