Ayer 15 de Abril, se disputaba una nueva edición de la multitudinaria y famosa Maratón de Boston un acontecimiento que cada edición congrega a miles de runners de todo el mundo. La edición de anoche será una que jamás podrán olvidar las familias de aquellos que perecieron de forma incomprensible por el acto terrorista de dos bombas que esperaban a los participantes a su llegada a meta. Cuando ambas se activaron el lugar era un hervidero de gente, después del sonido atronador de la primera bomba llegó continuada la segunda, un acto planeado por alguna mente macabra sedienta de sangre.
Es duro comprender que puede llevar a alguien a cometer tal acto de cobardía, puesto que desde la distancia y el anonimato ha sesgado la vida de personas y herido a casi un centenar, dejando una herida de por vida para todas esas familias y que difícilmente cicatrizará, familias como la de un niño de 8 años que participaba demostrando el valor que tenía en su corazón, valor que anoche le fue arrebatado.
Cada día me cuesta entender más a este mundo, del que no me siento miembro, descubro que existe gente que vive por y para hacer daño, se que no soy parte de el, lo se. Mi forma de ver la vida, de tratar con la gente, me hace ver que no hay más gratificante que esforzarse en ser cada día mejor persona. Lo intento desde que nací, lo haré hasta que me quede el último aliento.
Hoy saldré a correr de nuevo, saldré por la gente que desde anoche ya no podrán hacerlo, saldré por todos aquellos que cada día luchan por hacer de este mundo, un mundo más bello. Saldré porque creo que a él se lo debo.
D.E.P MARTIN RICHARD
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