martes, 2 de abril de 2013

Duro de entender

A veces la vida es demasiado dura como para poder aceptarla, testimonios como los relatados por mujeres que vivieron en sus carnes las vejaciones y violaciones masivas que se produjeron en el 82 y 83 en Guatemala por miembros del ejército del ex dictador Efraín Ríos Montt así me lo demuestran.

"En la casa estaba mi hija, de unos 17 años, y dos de sus hermanos pequeños. Los soldados la desnudaron, le separaron las piernas con fuerza y empezaron a violarla, enfrente de los niños, quienes lloraban de miedo”.

A otra mujer la sacaron de noche de su casa y la llevaron a un descampado, donde la violaron y dejaron abandonada, desnuda. Cuando regresó a su casa observó horrorizada como esta era pasto de las llamas, solo pudo sacar las cenizas de su bebé de apenas 30 días de vida.

Otro testimonio de una mujer fue que cuando su tío iba por un camino con su hija y una nieta, se toparon con una patrulla militar, estos agarraron a las muchachas. A la más pequeña (siete años) la mataron, porque fueron muchos los soldados que la violaron.

“Algunos soldados estaban enfermos de sífilis o gonorrea. La orden fue que estos pasaran los últimos, cuando los sanos ya habían violado a la víctima”.

Es triste reconocer que este es el mundo que nos toca vivir a todos, seguramente muchos no podamos hacer mucho para arreglarlo, pero me cuesta creer que no tenga remedio, todos podemos hacer de este mundo algo mejor, si no lo hacen los demás seguro que uno mismo puede hacer el doble por conseguirlo. Empezando por el respeto, respeto a las mujeres que no pueden ser el blanco de la ira de aquellos que no merecen ni un minuto de esta vida que se les ha concedido. Y como digo a veces es duro comprender la vida y podemos pensar que nuestros problemas son muy duros, pero ¿tanto? Leer cosas como estas seguro que a más de uno nos hace abrir los ojos.

(Extracto de la noticia de ElPais.com realizado por José Elías)

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