sábado, 9 de noviembre de 2013

No busques rosas en el cielo


Cerrar los ojos, calmar la respiración y acompasarla a los latidos de tu corazón, erguir la cabeza por encima de los hombros y mirar al cielo en busca de una explicación, de un motivo, de una razón... ver que no hay respuesta, ver que solo el sol te muestra, que no hay pétalos dibujados en las nubes, no hay cielos rosas, no quedan flores, ni cisnes en el jardín que pisaste a cien metros de la tierra, que no hay camino de vuelta.
No lo soportas, no quieres creer que perdiste esa llave, la de la puerta con destino paraíso y que se halla ahora oculta, y que no se te revela, no lo hace hasta que no vea en ti refleja el alma de alguien a quien se perdona, de quien acepta que es más bello por dentro de lo que su piel muestra, que quizás no sea su momento, pero que el destino con él no juega, le quedan cartas en su vida que ni él mismo recuerda. Y será cuando no busques la llave, sabrás donde se encuentra,sabrás que la tendrás colgada al pecho, hecha de piel, sangre y latidos, y es la que te abrirá las puertas de aquello que tanto anhelas, de aquello que sin duda tú has buscado en esta vida, desde que por primera vez te vio este mundo y se dijo, esta será tu historia yo te he escrito el inicio, tuyo son los trazos, el cuerpo, el fin y la firma.
Pero has de estar limpio, de dolor, de malos momentos, de errores y de recuerdos, se que puedes, lo has hecho desde tu nacimiento, y este no es momento de rendirse, no lo es porque fuiste en tiempo bravo y fiero, solo que el tiempo te ha borrado lo que te pertenece de siempre, lo que te describe muy adentro, lo que llevas en la sangre, pues eres tierra, eres cielo, eres aire, eres tú siempre tú, que el hace y deshace, el que se levanta y dice, es este por fin, es el momento, he regresado.

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